Lo han destrozado tan en silencio todo;
han tejido la muerte entre sus garras tan minucioso, tan sigiloso que,
los que más se necesitan, los que más deberían estar abrazados para sobrevivir al mal y a los malos y a los tiempos.
Los que más hazañas lograron unidos y sobrevivieron al oso, al trueno y a todo.
Los que se besaron, los que se calentaron abrazados en invierno, los que se salvaron del castigo de Dios y de la naturaleza, los que procrearon y poblaron la tierra.
Los que llegaron codeando en el mismo bando hasta este día
Ellos...
Los que más;
están en una guerra suicida, a muerte, con los argumentos idiotas del suicidio más idiota, y como siempre,
ponen todas las armas en las manos del más débil, el más ingenuo, el mas inseguro y por ello, más manipulable.
El más sobornable, el más suicida, el más inconsciente, y el más cobarde para que
ataque y destruya a su otra parte.
Incluso,
se ha convencido que tiene que destruirlo antes de que nazca.
Lo han tejido tan bien todo... que escribir sobre el tema, puede ser un suicidio.
Y tiemblo.