Bajo la luz liviana de un candil
me leí tus poemas uno a uno,
no fueron dos ni tres que fueron mil
y no quiero olvidarme de ninguno.
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Son tus versos un mundo de emociones
donde vaga desnudo el pensamiento,
son tus letras un mar de sensaciones
donde suele remar tu sentimiento.
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¡Por los dioses!... no olvides de que existo
porque libo tu néctar cada día,
a dejar de leerte me resisto,
se podría morir el alma mía.
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Eres inspiración bella mujer
ya lo fuiste al momento de nacer.
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Fotografía y poema Ramón Bonachí.
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Felicidades a todas las mujeres en su día.