Antonio Martín

Querer o ser querido

 

Si no me quiere, que no me quiera

pero yo querré hasta el fin de mis días;

a quien quiera o no quiera

es cosa mía.

 

El sentimiento es libre y cabalga

sin censura; bravo, honesto y sin miedo y aunque parezca invisible, a veces saborea las mieles más dulces.

 

Querer a quien se quiera

provoca suspicacia

y al amor descoloca

soñando con querer o también que te quieran.

 

Es dura condena no saber si alguien te quiere o no te quiere,

y si te quieren, hay que dar un paso al frente y que sea lo que Dios quiera.

 

Querer o ser querido... habrá que averiguarlo.

¡Vaya lío!