FRANCISCO CARRILLO

CALVARIO.

Me empezó a sangrar las manos

y la cara, me sangraba

las piernas se me doblaban,

de ese cansancio tan largo

y los ojos, me lloraban.

 

Llevaba en peso el madero

a golpe de latigazos,

y mis pies, iban sangrando

recorriendo ese sendero,

recorriéndolo descalzo.

 

La túnica me quitaron

y me dejaron desnudo,

solamente un trapo sucio

de la cintura amarrado,

eso solo me han dejado¡

 

Todos ríen y me gritan

sin saber a que he venido,

me señalan y critican

sin saber que soy el hijo,

de aquel que me ha mandado.

 

Poco a poco, sin descanso

subo esa cuesta infinita,

dejando mi sangre de rastro

para aquellos que me sigan,

con este madero cargado.

 

Ya el camino he acabado

he llegado hasta la cima,

tengo resecos los labios

tengo el cuerpo agotado,

de tanta sangre perdida.

 

Me han quitado el madero

y han cruzado otro encima,

mi cuerpo han colocado

haciendo cruz con mis manos,

mientras escucho sus risas.

 

Noto el golpe del martillo

hundiendo en mi piel los clavos,

grito al cielo, exhaustado

soportando tal castigo,

por algo que no he pedido

por algo que no he buscado.

 

Levantan la cruz al cielo

rodeada por olivos,

dos ladrones son testigos

tres, sufrimos el calvario

por el pecar de los hombres.

 

Noto la vida que sale

de mi cuerpo, muy despacio

ya no puedo con los brazos

ya no me queda mas sangre¡

y mi aliento, está apagado.

 

Solo la fuerza me queda

para mirar hacia el cielo,

para decirle al que crea

porque me has abandonado?

viendo, que aquí solo, muero.

 

Padre, mi alma en ti encomiendo¡

aquí tu hijo, tu esclavo,

pide arrepentimiento

y el perdón de mis pecados

y tal, como era anunciado

por los hombres, aquí muero..