Nitsuga Amano

El cuarto ya no está vacío sino que rebosa de vida.

Respira hondo, mientras su mirada se pierde en la ventana que ha sido testigo de sus días de juventud. El cielo se extiende ante él, un lienzo infinito lleno de misterios y promesas.

 

 

Él suspira, un susurro cargado de recuerdos y anhelos. Entonces, toma la pluma y comienza a escribir...

 

 

La vida, ¿qué es sino una línea que se bifurca infinitamente a partir de la pregunta \"¿Qué pasaría si...?\" Cada elección, cada decisión, nos lleva por un camino distinto, dando forma a nuestro destino.

 

 

Este poeta no lamenta encontrarse con aquello que le salvó la vida: las palabras. Miles de versos leídos, miles de autores conocidos, cada uno dejando una huella en su ser, enriqueciendo su estilo y su visión del mundo.

 

 

De un cuarto vacío a una mujer en un muelle, su vida ha sido un viaje de descubrimiento y crecimiento. Ha vivido mil vidas, recorrido mil caminos, y en cada uno ha encontrado una nueva faceta de sí mismo.

 

 

Tantas lunas, tantos astros, tantos besos para el recuerdo. Un amor perdido en el tiempo, una lágrima que se desliza por su mejilla en la oscuridad de la noche.

 

 

Se convirtió en poeta sin quererlo, pero ahora comprende que la escritura ha sido su tabla de salvación. En las palabras encuentra refugio, consuelo, y la fuerza para enfrentar la bruma de la existencia.

 

 

Se siente bien, se siente libre. Al mirar al cielo, no se arrepiente de escribir sobre aquel amor perdido, ni tampoco de aquel cuarto vacío que ahora rebosa de vida.