Mauro Enrique Lopez Z.

Deja tú queja mujer

Siempre te estabas quejando, que yo 

no te daba el lujo que tú querías,

una buena casa.Te gastaba tu 

dinero que trabajabas, y te lo

gastabas en vanidades, no colaborabas

en el hogar; yo simplemente 

apenas me alcanzaba para tener 

el pan en la mesa. Fue tú decisión, marcharte de donde vivíamos, no sé 

si fue bien para tí o para mí; que 

hoy tengo una vida cómoda, sin lujos 

pero soy felíz, y tú, no lo sé, quién te

cumpla tu capricho para tener

tu vida fácil, Dios los sabrá mujer.