Mauro Enrique Lopez Z.

Andate

Ándate que yo no te puedo 

detener, si ya no me amas o no 

sientes nada por mí, será inútil 

tenerte en mi humilde hogar.

Tú lo sabías, que no era un hombre 

de fortuna. Una casita y que 

trabajaba en el mar. Si no te gusta 

mi pobreza, adelante te puedes 

ir; fué hermoso los días que pasé 

contigo, buena suerte y que le 

vaya bonito se lo digo de

corazón.