Leoness

El límite, no escrito

El límite no escrito,

las proezas,

los cantos,

aquellas tardes

 

Bajo el pendil, la luz,

en aquella piedra

llegaba un delirio,

el amor se disipaba, lentamente

 

Experimentábamos el frio,

las palabras,

las emociones;

amartelada percepción

 

El álgido beso

pasmado en el tiempo,

afable enamorado,

jovial, áureo y ansiado

 

Concluía la prórroga,

la lluvia no cesaba,

se exprimía el amor

en la alcantarilla, huía

 

De la mano trabados,

ya no llovía

la sensación, vacía,

apenas, una melodía

 

Un solo beso, sutil,

rencores ausentes,

suspiros valientes,

dos cuerpos, ausentes

 

Sosegados avanzando,

queriendo, estimulados en

el recuerdo, sentíamos,

la distancia alboreaba

 

Escarcharon leves promesas,

nublada la visión,

coagulaba el aire,

el desierto arraigaba, allí

 

¡Al final del todo, escanciábamos caricias ¡