eledendo

Brutal y atroz

                                              [… bajo la dictadura franquista]

 

… siempre amé el resplandor y sólo nos dejaron el llanto libre;

con mi infancia jugaron mariposas negras, y un amor precoz,

y un suburbio de Dios a las mentiras;

hecho así,

cualquier adolescente implica sesenta kilos de tristeza, y hambre eterna, y sed,

y un drástico camino sin agua ni palmeras;

… mi pueblo y mi ciudad fueron hoces y piedras milenarias de podridos y viciados secretos al oído,

los mismos que nunca llevó el viento ni mató un cuchillo ni tragó la tierra;

… y todos, todos fueron amigos y enemigos:

las viejas,

los brujos,

los vencejos,

la torre de la iglesia,

el sol

y la cigüeña;

y si mirando la cigüeña, el sol tostó mi cara,

mis ojos secos pedían una lágrima y mis pies unos zapatos para correr y llorar,

para esconder, al fin, lo brutal y atroz: la ruina ingente de la guerra y tras la guerra.

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Antonio Justel/Orión de Panthoseas

http://oriondepanthoseas.com

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