Ricardo Rey

Ecos de mi mente

Algunas historias deberían llevar muchos besos y muchos “Te Amo”, esas historias son buenas y nos hacen creer en el amor y en todo aquello que nos hace sentir como niños, que nos devuelve la inocencia perdida y creemos que aún hay mucho que descubrir. 

 

Hay historias así, pero está en particular es muy breve y sublime, como casi un sueño.

 

La breve estadía de el amor para estos dos mundos casi similares por coincidencia del tiempo y de algunas decisiones nos hace creer que si es posible, pero no demos un pronóstico, hay historias felices a su modo, complejo modo de ver la vida y sentir las cosas, estos mundos solo se dejaron ir por sus instintos, por lo que habían adquirido por algunos daños y los años de tantas desgracias, luchando cada día con los pronósticos de la vida, de los noticieros y el desayuno matinal.

 

Llegaron antes y se fueron después, llegaron antes de que el tiempo los dejara conocerse y se fueron después, después de que la vida terminara con ellos.

 

Hubo secuelas e irremediablemente también hubo ansiedad de meros sueños guajiros, no recuperaron la cabeza, es mas, no han recuperado la cordura. Buscaron la misma felicidad que las personas poseen, odiaron tanto a la felicidad que pudieron ya no necesitar de ella, pero se que alguien terminara convenciendo a estos seres que hay un poco más sin tanto revuelo, sin tanto circo.