ESPERANZA CAUTIVA
En el alba del horizonte de la vida,
donde el sol se oculta y la noche se avecina,
surge una llama frágil y encendida,
la esperanza cautiva que nunca termina.
En los días grises de incertidumbre,
cuando el mundo parece desvanecer,
la esperanza se alza con su luz en la cumbre,
recordándonos que siempre podemos renacer.
En el corazón de los sueños rotos,
donde el desaliento intenta prevalecer,
la esperanza se aferra con sus brotes,
hilando una red de fe para proteger.
Aunque el destino se vista de sombras,
y el camino se torne oscuro y sin salida,
la esperanza nos envuelve en sus alfombras,
augurando promesas de una nueva vida.
Es el faro que guía en medio de la tormenta,
la melodía que alivia el alma herida,
es la fuerza eterna que en cada momento alimenta,
la esperanza cautiva viene siempre incluida.
Así, en los días de desaliento y pesar,
nunca olvides que la esperanza está presente,
una llama que nunca dejará de brillar,
que nos invita a creer y a ser valientes.
Que la esperanza cautiva sea tu aliada,
tu refugio en los momentos de soledad,
permite que en tu vida siempre esté anclada,
y serás capaz de cualquier adversidad enfrentar.
Porque en la esperanza encontramos la magia,
la certeza de que todo puede cambiar,
y aunque el mundo a veces se desvanezca,
la esperanza cautiva nos invita a volar.
EmilioDr.