Mauro Enrique Lopez Z.

Para tenerte a mi lado

Para qué tenerte a mi lado, si hasta

con mirarte te enojas.

 En los días de descanso te dolía todo tu cuerpo.. 

Ni prepararme un bocado querías,

y de amor me decías: déjalo para 

más tarde.

 En cambio en lujos, querías que yo sea quien resuelva tus vanidades.

 Lo lamento siga su vida de cansancio que yo me voy a mi trabajo, y cuando regrese 

resuelvo el asunto de mujer en 

otra parte. 

Con poco dinero lo hago 

y asunto arreglado.

No tengo que preocuparme de atender tus 

vanidades; lo único que te puedo 

decir, cada cual cubre sus gastos 

sin rogar a nadie.