Nitsuga Amano

Árbol

¡Oh, cielo vasto y acogedor, testigo de nuestra llegada y partida!
Los árboles, firmes y majestuosos, guardan en su silencio mil historias de soledad y amor, inscritas en cada anillo de su antiguo tronco.

 

 

La historia de la vida se despliega ante nosotros en el papel del tiempo, cada hoja impregnada de vida, oxigenando nuestros corazones mientras nuestros pulmones reciben el aliento de la tierra.

 

 

El árbol, símbolo de décadas y sabiduría, con sus raíces hundidas en la tierra como pilares de la eternidad, desafía a la tormenta con su fortaleza, pero se inclina ante el viento que sopla con furia.

 

 

El blanco tizne susurra duelo entre sus ramas, mientras el humo negro se eleva como lágrimas sinceras, en memoria de un amigo, un compañero, un amante.

 

 

El árbol se yergue, orgulloso y altivo, testigo del flujo perpetuo de la vida, cada primavera renovando su espíritu con la promesa de un nuevo amanecer.