José Ángel Pineda

Acariciar

Acariciar, el verbo más sensible,

el adagio de Eros, de la ternura

del deseo, la entrega, lo agradable.

Avivar el adjetivo que oculta,

entre la mente, el fuego, la dulzura,

lo atrayente, como pasión que indulta.

Nuestra naturaleza, tan sencilla

como el amar, que habita en los obscuros

tientos, de los placeres de la arcilla,

tan azul y verde, tan rotundo

el amor, en lo más claro, y silvestre,

en el café, en el mar, en lo profundo.