Nitsuga Amano

Desgano

Nunca pude llenar las expectativas huecas

que tú, con tus ojos fríos, depositabas en mí.

Intenté tejer caminos diferentes, dispersos,

pero tú ansiabas el camino recto, estrecho.

 

 

Me pedías que fuese lo que no era,

que ocultara mi desorden bajo una máscara de perfección.

Pero ¿cómo podría vivir una mentira

y renunciar a la verdad que late en mis venas?

 

 

Despreciaste mi desaliño, mi desenfreno,

sin ver las horas invertidas en el estudio,

sin sentir las noches de tristeza y soledad

que oculté en silencio, anhelando tu aprobación.

 

 

Arruiné mi tiempo, mis sueños, mi ser,

persiguiendo metas que no eran las mías,

ahora me ahogo en un mar de amargura,

tratando de encontrar sentido en la rutina y el desaliento.

 

 

Cada día es un trago amargo, una carga pesada,

un recordatorio constante de lo que podría haber sido.

¿Por qué sacrificamos nuestra felicidad por ilusiones vacías,

y nos convertimos en esclavos de nuestros propios sueños?

 

 

Ahora veo la vida con ojos nuevos,

cuestionando las expectativas impuestas por otros,

y preguntándome si alguna vez fui verdaderamente libre,

o si simplemente me perdí en el laberinto de las expectativas ajenas.