el brujo de letziaga

El día a día

Apago la televisión porque ha perdido mi equipo de fútbol,
por lo que recojo este fracaso muy trastocado...
como si fuera un ejercicio práctico de un hincha que conoce,
que ganar un partido pocas veces ocurre...
al igual que en la vida, que casi siempre se pierde.

Hemos esperado los aficionados un gran triunfo,
y he aquí una nueva derrota...
como si fuera una vela arrojada a la pena
por éste desaliento mío...
el cual resiste su revés de un modo consumido.

E intento disimular al gran descalabro habido,
con mi voraz apetito,
de un embutido que lleva... pimiento choricero,
y del cual doy cuenta en un periquete
después de tirar la colilla por el sucio retrete.

Y como soy un hombre que trasiego morapio,
me marcho a la taberna del barrio para echar unos tragos,
donde la tinta rosada de mi cerebro humano,
es absorbida a modo esponjonso...
por una lozana cantinera, que de tan bella me quita el hipo.

Posteriormente, junto a la barra del bar de mi suburbio,
escucho las historias de unos ancianos...
hablando de sus cachabas y de sus mil equipajes,
que muy pronto serán vendimiados
por la tijera de la muerte.

Y así y todo...me alineo con las gafas del pasado,
visionando los montajes de mil fotogramas...
de las veces que amé lo reamado,
desempolvando lo empolvado,
y sin reciclar lo vivido.

Pero necesito invertir con urgencia el pestillo,
y dar cuatro vueltas a la llave...
para abrir la puerta mirando hacia afuera,
y pensar que hay que vivir,
pues mirando al pasado...uno se muere.


Comentario de autor: \"Si reaccionamos mal a los fracasos, es difícil centrarnos en el futuro\"