el brujo de letziaga

La gitana del puerto

De nuevo paseando por el puerto pesquero donde canta la gitana
que acompañada de su vieja guitarra
busca el néctar de la gente que pasa por su vera,

 

ofreciendo su esencia como una marejada,
con la misma cadencia de las olas que besan el rompeolas
y es que, hasta la marea nota el encantamiento lunar que provoca,

 

a sus pies, una caja de color rosa y una estrellita negra,
y su corazón exaltado cual diosa de poema
dando las gracias por cada moneda...

 

Yo siempre me detengo y la escucho,
porque su voz se me instala en lo mas profundo,
y creo que ella me siente, ya que entra en mi corazón con un todo.

 

Su olor a mares me expande pudores como una flama,
y con su vestido de vainilla y fresa y una mirada con ojos de santa
me va enamorando el alma a cada sonido de cuerda.

 

Cuando de pronto, noto un regusto a humedad en el ambiente,
hasta que comienza a lloviznar desde la nube celosa de un duende
y la vida se me detiene por completo en ese instante,

 

porque la música de la bella gitana que volaba por el aire
se ha parado en medio del argumento,
como una canción muda nimbada por un brillo...

 

Y yo me quedo allí perplejo en clave de derrota,
sintiendo como las gotas de agua
me mojan los cabellos y hasta los pensamientos....

 

La llamada de la gitana que venía hacia mi con su paraguas
me despertó de mi fantasía con ella,
y es que a veces los sueños se me cumplen por sorpresa...