Mauro Enrique Lopez Z.

Mañanas de playa

Todas las mañanas iba a la playa,

a trabajar y traía marisco y unos 

pesos en el bolsillo para el sustento

de mi casa, pero mi amada no era 

del agrado de mi trabajo, que pena 

me causaba hasta se enojaba tube 

que echarla por sus malas acciones. 

que tomaba, hoy estoy agradecido 

de Dios por salirme de ese tormento, 

que me apenaba y vivo un mundo 

de sencillez, y de lo feliz que soy 

veo en ella que no tiene quien cubra 

sus gastos, y en la calle y aún asi 

me tontea. Sólo se que no voy a caer 

de nuevo en su malas mañas y le ruego 

a mi Dios, que encuentre un hombre 

que cubra sus gastos y sus elegancias.