Diego Nicolás García Contreras

Lagoa

Aves pescan al borde del miedo

Que es la raya que separa al agua del aire

Y un corazón furtivo se inquieta con la realidad

Hay mucho ruido, del bueno, del que hace compañía; en el hombre que ama la soledad y la compañía, como todos, como nadie, teme a las sirenas cuando se acerca a la laguna...

Pero las busca en tierra seca...

Oh corazón aplastado, 

Haz lo que debes,

Tu destino está en ti aunque lo balancees al ritmo de la noche...

La niebla entra en tus poros y te recuerda mirar las estrellas.