Qué vieja ya la noche, señora,
pero aun te escribo algo, algo más todavía,
que es desear tu presencia deleitosa, que mi otoño busca,
a la física de tu divinidad, que me interesa...
¡Ay, mi dichosa Donna!
Vente un poquito más cerca de mi, con tu antorcha,
a la orilla de mi hoguera, al suspiro de mi pluma, gran señora,
con tu cuerpo ya maduro, con placer de frutas...
No seas una sombra a la que abrazar, señora,
una página sin leer, a doble cara, no hay disculpa que te valga,
deja ya tu media siesta, ven de tu raíz a mi suma,
de tu elevada forma, a entregarme todo tu amor y hermosura...
Y aún te escribo algo...algo más todavía,
con tu faro y mis dos velas, bajo una cósmica zarzuela,
ven a escuchar el musical que luce mi fantasía,
que se hace ya vieja la noche, señora...