el brujo de letziaga

La llave que perdiste

Y uso la llave que perdiste,
como antes de aquel día que fuiste a tu encierro,
hacia la oscuridad y hacia adentro,
a consumirte en tu sacrificio que por mi no fue pedido...

 

Y uso la llave que perdiste,
para entreabrir esa puerta, atada a una sombra, a un cuarto vacío,
a tu memoria que no reposa, a la soledad del tiempo,
a la puerta que ya no escucha, cuando llamo...

 

Y me resigno, pues aun ensueño tu rostro,
que me ayuda a soportar la muerte, desde, donde has existido,
cuando el futuro es el hoy fenecido,
y de mientras, abro tu puerta, entro, salgo y vuelvo...

 

Donde mi existencia es un horror profundo,
porque no hay acceso a ti, en tu casa dormida de silencio,
pues no escucho la voz de tu misterio,
aun usando la llave que perdiste, en busca de un oculto sentido...