En la vasta red de cables y conexiones, donde datos danzan con sus direcciones, un guardián se yergue, fiel y sin errores, el router, centinela de las conexiones.
Con luces parpadeantes, como estrellas brillantes, navega por el éter, entre ondas vibrantes. En su alma de circuitos, el flujo controla, tejiendo una red que nuestra sed desenrolla.
Sus antenas se alzan como torres de sueños, capturando señales en haces risueños. En el silencio eléctrico, su voz resuena, guiándonos por caminos de rápida verbena.
En el cyberespacio, como un faro divino, el router nos guía, nuestro fiel destino. Con velocidad y firmeza, sin titubeos, abre puertas digitales a nuevos anhelos.
Oh, router valiente, en la red eres rey, tejedor de bits en la danza de la grey. Que tus luces destellen con eterna luz, guiándonos siempre por la senda de tu cruz.