Te hablo con el mismo enojo,
Con el mismo que me habló a mí.
Pensé que éramos idénticas,
Porque tu luna y la mía eran las mismas.
Porque mis dolores también eran parte de vos,
Pero nos eclipsamos y heriste,
Te heriste y me arrastraste a lo profundo de esa misma herida,
Me dejaste nublada de dolor y perpleja de rencor