Llévame libertad a ese lugar
donde nunca he estado.
A ese cielo que me dicen que existe
pero que yo nunca he tocado.
Llévame por ese camino
contrario al infierno,
donde pueda ser la letra pequeña
de un periódico de barrio.
Llévame... por el tobogán de los sueños
y descender lentamente,
olfateando en la estrella de la noche
los versos sin fecha de los viejos momentos.
Y en esa libertad efímera
confirmar que estoy plenamente vivo.
Que todo es cierto.
Y que nunca volveré a empezar de cero.