José Valverde Yuste

Paseo

 

Cuando tus manos de fresa

se enredan en las mías de madera,

paseando por la ribera angosta, 

metamorfosis de gusano

que vuela, siento en mis huesos.

 

La tierra vertiendo su dulce agua

sobre la arena tranquila del cauce,

nos saciaba tu sed y la mía;

nos convertimos en peces de río,

navegando por un mundo de algas,

lleno de fantasía.

 

Los árboles de grama verde se vestían,

el campo bordado de margaritas

nos hacía pleitesía, bajo la risa

de tu sol, que aplaudía tu bondad sagrada

en aquella acequia musulmana, de muertes,

de historias de amores, escritas.

 

Los árboles complementando a su vestido de grama

una diadema de azucenas lucían en su frente,

el campo rojizo compone una melodía de nieve,

se convertía en el mantel de nuestra mesa,

de colores variados, esplendorosos.

 

Nosotros con la candidez que nos caracteriza,

besábamos a los árboles con el pecho lleno de aliento,

y ellos nos corresponden con el saludo del viento.