Rafael Parra Barrios

Acostumbrándome

Me estoy acostumbrado 

a este martirio, 

que llegó de pronto 

para hacerse delirio.

Me estoy adaptando 

a este lúgubre canto, 

que se vuelve llanto

en luctuosos ratos.

Me estoy aclimatando

a este realismo mágico,  

que deja de serlo,  

cuando hablo y sonrío.

No quería que ocurriera.

Tenía la esperanza

de que volviera, 

más los actos hablan, 

se expresan, 

y respondo a mi manera.

El devenir insólito

y cotidiano 

araña un preterito 

pleno de amor y logros.

Ese lírico ayer voló, 

se esfumó

y en el contexto del adiós, 

la zafra cesó.

Mientra tanto vivo 

el despecho en silencio, 

sin rockolas ni boleros,

sin milagros ni afectos.

Si por por mi fuera

no estuviera viviendo 

esta cruel pena 

en mi otoño, 

cuando me preparo

en otras esferas.

En tiempos lobregos,

la vida en su discurrir 

abre alternativas.

La opera y la obra,

comienzan.

Se abre la función 

y se cierra el telón.

Por mi nada fenece,

sí, por dramas absurdos

que en momentos oscuros

merman el futuro. 

No hay escapatoria, 

abolido el pasado,  

Nace la nueva historia 

que marcará el ahora,

inspirado en la aurora