Con su trato,
el morapio abarca mi aliento
muy achispado...
Y en mi, nace un fuego
tan prodigioso,
que se hace amoroso...
De hecho,
no hay nada bueno
si carezco de su afecto...
Y es jubiloso
si lo advierto con mi olfato,
y me lo riega Baco...
No es malo,
ser amigo del tabaco
pero más del sexo vaporoso.