Elizabeth A. Navarro

La Luna, El Amor

Bajo el velo de la noche estrellada, la luna oculta secretos en su mirar. Un misterio que danza en la penumbra, sus rayos plateados, susurros que albergan.
En el silente cielo, ella se desliza, testigo callado de amores en derroche. En su luz, un reflejo de un sentimiento ciego, un amor que florece, misterioso y luego.
Una mujer, con ojos que no ven, se sumerge en la sombra del anhelo. El corazón, cautivo en la danza lunar, sigue al hombre misterioso, sin disimulo.
Él, un enigma que se desliza entre sombras, un eco en la noche, un suspiro que asombra. Ella, perdida en susurros nocturnos, ama a ciegas, entre susurros taciturnos.
En el vaivén de la luna, su pasión crece, un amor que florece en la oscuridad. Aunque sus ojos no perciban la realidad, su corazón late al compás de la eternidad.
Así, en la penumbra de la noche eterna, se entrelazan destinos, se teje la tela. El misterio de la luna, testigo silente, refleja el amor ciego, profundo y latente.