Mael Lorens

El Herido no era yo

Paz, sosiego, control, equilibrio, se detuvo el tiempo.

La vida se interpuso, nadie es capaz de saber qué haría 
si perdiera la cordura.

Me miras y parece que ves a un joven, no recuerdo la 
última vez que pedí a una bella mujer como tú, bailar 
este Vals. 

Que imprudente es el hombre que se atreve a perderse por una mujer ajena, siempre lo pagará muy caro lo que más tarde se convertirá en un desengaño.

Un tremolar intenso surgió del más profundo aroma de 
una Rosa, sensitivo encuentro entre la sorpresa 
y el deseo.

Muera el ardor intenso, soy como un incienso quemado envenenando el escenario 
de un actor fracasado.

Mezquina realidad oscura, inundada en olas de luz de luna plateada, espejismos pintados al óleo enlutado, donde todo son flores y crespones de ébano.

Bajé mi alma al infierno, pero mantuve a raya las cadenas 
de los vándalos, sangra el cielo, frío invierno, rocio helado y ciego, mágica alfombra, arpa dorada, pájaros sordos.

Parajes no tocados, corazón abrazado, dolor espeso, fruto perfecto, siento tu aliento.

Perdóname si no té entendido.

Pero es que hasta hoy creia que yo estaba herido.

Mael Lorens 
Enero 2024