El reloj marca nuestras horas de alegría
esas, en que me acerco a tu espacio
llego con los versos vestidos de poesía
para desnudarte mi alma muy despacio.
Son intenciones que guardo para ti
dejando entrever mis ansias prohibidas
el tiempo transcurre y regresan hacia mí
tus dulces deseos en letras compartidas.
Aquel tic tac que acelera mil latidos
una conexión que despierta locos erizos
en cada centímetro de piel y sentidos
acercando a dos seres con sus hechizos.
¿Tú entiendes ese instante tan perfecto
que eleva la tensión a la espera del otro?
Son breves minutos en que reina el afecto
y se multiplican suaves caricias sin rostro.
Los fugaces ratos que hoy formamos
serán alcancía para guardar los recuerdos
aunque con esa fría distancia nos alejamos
nada podrá anular los nobles acuerdos.
***Omaris Redman***
Enero 10, 2024