Discúlpame, te pido disculpas por llorarte en el silencio, discúlpame por no hacerle caso al destino y parecer ciego ante este, te pido disculpas por parecer un cobarde ante ti, ante tus ganas de querer estar conmigo, y aunque yo muera de ganas de volar a tus brazos siempre, me vuelvo sordo y sin sentidos.
Discúlpame si no puedes dormir por las noches, pero es mi culpa, lo admito, no dejó de pensarte ni un instante, es que no hay hora, ni lugar ni tiempo, siempre estas allí, inundado mi mente con tus recuerdos, llenando este vacío con tus instantes, pensándote tanto que siento perderme, a tal punto de no encontrarme.
Es que me llenas cuando tu sonrisa se dibuja en mis memorias, cuando tu nombre se cruza sin demora, cuando tus besos, tiernos y suaves besos, los siento en mi piel, en mis labios, en mis ganas. Pero es solo el recuerdo de nuestros momentos felices, de nuestros atardeceres, de nuestras mañanas, de nuestras charlas, y es que tus recuerdos inundan mi vida, a mi corazón y a mí alma.
Llega cual creciente inundando y llevándose todo, pero este, es todo lo contrario, porque tus recuerdos inundan mi mente sin llevarse nada, me dejan el olor de tu fragancia, el sabor de tus labios, el timbre de tu voz que tanto me encanta, la suavidad de tu piel, la curvatura de tu sonrisa, que en mi memoria la llevo grabada, me inundan los recuerdos de ti, y del bonito amor que guardas.
Henry Ruiz
07 DE ENERO 2024
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