Ella trae un penar qué, aún, está vivo.
Es inmenso el dolor que este provoca.
Sin embargo, no sé cuál, es el motivo.
Y es, por ello, que Ella está, casi loca.
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No acepta de nadie, vanos consejos.
Quién, va a saber lo que, le sucede.
La excusa es que, son amigos viejos.
Siempre, algún chismoso, se excede.
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Entiendo a los otros, soy consejera.
No obstante, le pregunto: ¿Sí puedo?.
No se precisa a otro, si no, quisiera.
Menos si, al hablarte, siente miedo.
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El intercambio emocional, es recio.
El dolor no tratado, jamás, dormirá.
Presionar, solo le ocurre a un necio.
Si fluyen las penas quizás, se sanará.
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¡Si un profundo dolor hoy, te abraza.
Consúltalo, no le pongas, una coraza!