Rafael Elias Huerta

Volar sin alas

Aún postrado en una silla de ruedas, puedo ver una felicidad en sus ojos

que por momentos no acierto comprender, y como no acierto comprender

mejor escribo, como si fuera el.

 

 

Sentado en el jardín observo

como el aroma del rosal me dulcifica,

como la voz del ayer se hace bruma

con lágrimas que adoraban mocedades

entre ocasos del pasado con premura.

Puedo imaginarme

corriendo frágil, enjundioso e inocente

una mañana,

por un camino con trigales florecidos

bañados de humedad

encendidos con sol de mayo.

Deseo ser más que tan siquiera un cuerpo

con afluentes cotidianos de esperanza,

un deseo que acarició

con manos trémulas al ángel de la vida

pidiéndole trozos pequeños de mística ilusión

cuando escucho repicar las campanas

que impregnan

canto de alboradas en la piel.

Agradezco al silencioso encanto de la dicha

pulir mi sonrisa con su tino, 

a los días que llevo sin claudicar

prendidos a la solapa de mi cuerpo

y al calendario impregnado de primaveras

haber auspiciado paraísos castos

a mis sueños.

A volar sin alas, ya que en esta silla

Dios me mostró que, para ser feliz,

solo se precisa tener fe,

 

 

Autor...reh