cazadora, cegadora
cosechaste en mi, la locura
que entre cuentos de hadas
me retorció en mi propia tumba.
tejiendo con inocencia
el desliz de una preferencia erótica
bajo la creencia rota
de que el retoño que sembraste
seria tuyo a pesar del repudio.
odiarte o despreciarme
eliges tú, pues la sutura que en mi dejaste
arde como la cicatriz que jamás perdí
duele como la cordura que se alejó de mi.
agujero de conejo, lo viví por ti
cediendo a la locura
y viviendo atormentado por ti
ya que siempre supe que amarías a cualquiera disponible a ti.
desquiciado quedé
por las tintas gruesas
que dibujaron las pesadillas
esas que lloraron por mi
y pronto lo hicieron por ti.
tú solamente decidiste ser feliz sin mi
dejando que me asfixie
forzándote a amar a otros
remplazos que jamás saciarían lo que yo te di.
todo para luego venir suplicando
deseando saciar tu alma
anhelando ser de nuevo aceptada
esclavizando mis deseos
entregando aquello que a todos regalas.
repudio el pozo al que me llevaste
ese juego de
querer y ser querido
amar y ser amado
no ser abandonado
ni ser desperdiciado.
amor envenenado
solo regresando
para quemar lo que antes fue anhelado.
y ahogar en miseria, lo que antes fue apreciado.