Diciembre alegre
¡Cómo pasan los años! ¡Cómo queda el cariño!
El silencio es testigo de las cosas de niño,
donde fluye el encanto, floreciendo el afán.
¡Cómo pasan los años! Un sentir muy profundo
se apodera latente del recuerdo del mundo
transformando la mente como un gran huracán.
¡Cómo pasan los años! ¡Cómo pasan los días!
Las historias de antaños, las dulces fantasías
o el consejo celoso de aquel santo varón:
los abuelos prodigios que en los meses festivos
coronaban altares por diversos motivos
entonando por himno la suprema canción.
De las coplas al verso, sonreían las niñas
elevando suspiros de rosadas campiñas
y sonatas de invierno que fueron de clavel.
Los diciembres alegres, los eneros gloriosos,
villancicos fugaces, los amigos celosos
más las gloria de un beso sobre un copo de miel.
¡Cómo pasan los años donde solo veía
la esperanza de un niño por razón o porfía...!
mas por hambre o ensueño escaló mil peldaños
repitiendo sonriente ¡cómo pasan los años!
Y a la escuela que iba con diamante en la frente
le da gracias el joven al pensar diferente,
mas la dicha fue meta que sostiene por guía
recorriendo el camino de la gran poesía.
Samuel Dixon