He pasado, este largo camino en que mi corazĂłn se ha fatigado, en que una profunda zozobra se anclo en mĂ.
En qué tu ausencia todo el paisaje llenó.
Por el ĂĄrido desierto ha pasado cada sentimiento que en mĂ ha florecido;
y aĂșn ante la resequedad de presencia.
Todo un jardĂn permanece, un bello jardĂn que viste las ruinas en mĂ.
Diamantes llueven de estas lĂĄgrimas mĂas,
rubĂes brotan de la sangre de las heridas.
He pasado, el cruel invierno en que me sometieron, sin saber que en mĂ siempre nevĂł, que la a primavera aĂșn asĂ llegĂł.
Que de todas sus sucias jugadas me libré yo, pero tengo un corazón, usted sabe, que un corazón tengo yo, y en él usted håbito.
Usted me habita, como un espejismo, como un talismĂĄn, en mĂ se quedĂł, impreso.
En este corazĂłn que ha pasado por el cruel invierno.
- Dolcezza đ„ -