José Valverde Yuste

TANGO

Cuando la concertina me habla

mi cuerpo tiembla

el llanto resbala

mis mejillas humedecen

¿o acaso es la sensibilidad

bendita la que domina?.

 

Ese chulesco pasear, 

hablando sin hablar

esa insinuación acalorada 

de nuestros cuerpos

brilla más que las tormentas 

solares o las estrellas

en la oscura 

inmensidad de la noche.

 

Cuando nuestras 

manos cogemos 

nuestros cuerpos juntamos

acariciándonos, sin deslizar,

acercándonos,

se convierte en electricidad

los pies cansados están.

 

Siente tu calor y el tuyo

en un microondas está 

yo avanzo, tú retrocedes.

 

Tu cara junto a la mía

oyendo tu palpitar. 

tu corazón eclipsado 

por el compás.

 

Salto, brinco, vuelo, 

navego por los mares de tu cuerpo, 

sudorosa del esfuerzo.

 

Al abrazarte, tus curvas

son autopistas de ilusión, 

se derrama la pasión.

 

Esa sensualidad  bailando, 

esos movimientos de las piernas 

esa unión acompasada 

me lleva por caminos pecaminosos

la lujuria viene a visitarme.

 

En ese mar de nubes 

va envuelto mi corazón

palpita, pierde la razón 

salto al vacío 

como las cataratas de Iguazú

burbujas de champán 

que me derriten el alma

 

Esa pasión sublime 

que sin vergüenza ni pudor 

vivimos en esa pista;  

la delicada unión de una pareja 

y su encantador amigo ,el tango.