El olvido
Hay que ver lo que se aprende
cuando lees poesía
cosa que hago cada día
aunque a veces me sorprende.
Nunca se si se me entiende
cuando escribo mis tonteras
pues no se si tú te enteras
que no escribo sobre amores
ni tampoco de temores
pues soy corto entendederas.
Y es que algunos son lumbreras
pues manejan el cotarro
tal si fuésemos de barro
y marcando sus fronteras.
Y yo cuento mis tonteras
sobre nada y sobre todo
sobre el agua y sobre el lodo
de mi amor y mi desgracia
aunque sé que no hago gracia
pues no soy sabelotodo.
Mucho leo, poco aprendo
mucho escribo, nada digo
y es que solo soy mendigo
de los versos que pretendo.
Hay que ver, esto es tremendo
hoy las rimas salen solas
solo faltan las pistolas
para ser un pistolero
y es por culpa de un sombrero
que asonancias traigan colas.
Y le escribo y le repito
mucho lees poesía
si un poquito cada día
mientras tomo el cortadito.
Y es que vive en un cuartito
con ventanas a la calle
y no hay cristo que le calle
mientras lee los poemas
aunque le cause problemas
al cruzar la bocacalle.
Cuanto debe de aprender
cuanto debe de escribir
cuanto debe de seguir
su aventura del leer.
Mucho más ha de saber
para ver lo que se aprende
cuando a veces no comprende
lo que lee en poesía
aunque lea cada día
si no sabe si no entiende.
Tiene el mal de la memoria
tiene el mal del no lo sabe
que no cura con jarabe
ni con pollo en petitoria.
Y es muy triste aquí la historia
del que lee algún poema
tanto da cual sea el tema
si no sabe si no entiende
si no sabe y no comprende
porque tiene ese problema.
M.