Mercedes Bou Ibáñez

Soy atea...  ¿Será por la gracia de Dios?

 

Soy atea... 
¿Será por la gracia de Dios?

En el creer en uno mismo,
el saber que somos parte 
de algo muy grande llamado universo, 
en eso radica la fuerza
que nos empuja a seguir adelante, 
en eso y no en absurdos cuentos 
que atentan contra los principios de la naturaleza.

¡Qué nadie vio todavía
un ateo puerta a puerta
buscando quien se convierta,
reo de su cofradía!
Digo a quien de todo pía;
¡quizás no le preocupa
a qué cada cual se ocupa!
No ser cabra de rebaño
eso a nadie le hace daño,
¡no por eso usted me escupa!

No piensen, por ser atea,
que no soy un ser humano,
que todo el mundo es mi hermano,
no soy yo una bruja fea.
Y aunque alguno no lo crea
de amor llené mi pajar
para quien sepa llegar
a mí sin hipocresía,
ni falsa zalamería,
queriéndome camelar.

No gusto gente de espuelas
que fuerzan con el castigo,
a nadie a seguirme obligo
ni a nadie pongo dos velas.
Tuve madre y dos abuelas
que supieron educarme
y siempre sin obligarme
a creer sin ton ni son
cosas contra la razón
que pudieran ofuscarme.

Con ellas, del verbo amar
aprendí sus acepciones,
también me dieron lecciones
sobre el verbo respetar.
Jamás quisieron medrar
ni implantar en mí sus credos,
sin amenazas ni miedos
a volar bien me enseñaron,
de ese modo me evitaron
las religiones y enredos.

Madre y mis abuelas, veo,
fueron el mejor caudal,
para mí ese \"Santo Grial\"
de mi corazón ateo.
Y creer, claro que creo
del universo soy parte,
caricia que ha de llegarte
hasta el alma como un halo,
ser ateo no es ser malo
aunque no siga estandarte.

Mas sobre todas las cosas
creo fuertemente en una,
pues tengo la gran fortuna,
de pensar cosas hermosas.
Se llena mi alma de rosas
al ver que soy una pieza,
parte de tanta grandeza
que al mirar al cielo veo
y entonces con fuerza creo;
¡Dios es... La Naturaleza!

Ser ateo y no creer en un dios, 
no significa ni ser mala persona
ni tener ningún tipo de desviación,
muy al contrario, un ateo tiene las ideas muy claras
y su amor por la humanidad es sincero,
ya que no finge nada al no esperar recompensa alguna
en esa prometida vida en el cielo
y no se guía por miedos que le sometan
a llevar una vida de hipócrita apariencia, 
y en cuanto a dogmas,(alguien me dijo que los ateos;
\"practicaban el dogma del mal\",
palabras estas que solo pueden salir de la ignorancia 
y desconocimiento del mundo real.
Los ateos solo tenemos un dogma;
Amor a la humanidad y a la naturaleza.

Mercedes Bou Ibáñez