Vuela el torvo entre los espectros ; se desnuda la sombra en el delirio de la luna.
El ave nocturna vigila, el idilio profano de los amantes.
La aurora boreal danza entre agónico lamento de las fieras salvajes.
En el torrente banal de los pecados, surge la inocencia desnuda.
Calcinados espectros se levantan, pregonando sus deseos.
Labrando va el pastor la infertil tierra de los misterios.
Y ente agónico va profonando la fe caduca de la noche.
Abstractos verdugos las sombras del pecado