El reloj avanza, sin cesar,
las manecillas danzan, sin parar.
Un día tras otro, en su eterno girar,
marcando momentos, que no volverán.
La vida es un lienzo por pintar,
con colores de sueños, por realizar.
La juventud, un río en constante fluir,
un canto a la esperanza, un deseo de vivir.
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El sol se levanta, y luego se marcha.
como los años vividos que no volverán.
La juventud es un tesoro, por valorar,
un tiempo de risas, de amar y soñar.
Aunque el tiempo avance, sin parar
la esencia de la juventud, siempre laterá.
Llegará el día, muy tarde quizás,
Cuando haya vivido y agotado mi arena
Cuando haya pintado cada centímetro
De cielo que me queda
En el que descansaré y esperaré la vida eterna,
Mientras tanto hoy vivo, sonrío, y amo.
Porque los días se vuelan sin reparar en que son pocos, Y sonreír... No cuesta nada, aunque se tenga sueños rotos.