Armando G.

Mujer, eres como la guitarra olvidada

Si fuera un virtuoso músico
me gustaría llegar a ti
como a una guitarra olvidada
en un rincón del salón,
llena de polvos, memorias y sus cuerdas no prestas.
 
Todos te miran,
recuerdan cuando siempre estabas dispuesta
llegaba el virtuoso
 afinaba tus cuerdas
y les deleitabas con exquisitas notas.
 
Tu mujer 
que tienes más de cuatro décadas
eres igual a la guitarra arrinconada,
yaces olvidada en tu cama
esperando el concertista
capaz de tensar tus cuerdas
y sacar de tu cuerpo las finas notas
del amor dormido pero no desaparecido.
 
Hablas de amor tu cuerpo arde
piensas en sexo y tu vientre vibra,
piensas y deseas sentir la música de tu cuerpo
cuando tu amor despierta,
quieres recobrar la vida latiente entre tus piernas
cuando como hembra sientes te penetran,
cuando los deseos te invade,
 sin tocarte logras tu orgasmo
sudas, ardes, mueres por ser poseída,
deseando ser amada con la fuerza de la juventud
y la experiencia vivida.