Rafael Elias Huerta

La voz que nadie escucha

 

 

En ocasiones me alejo

deseando el sosiego sin condenas,

sin mirar los retratos en la pared

que amarillean de soledad y gozo vano,

me alejo sabiendo que al mar

lo seducen olas transparentes, al mirlo

el brillo del paisaje y al sol

los caireles nacarados de la luna.

La esperanza me sonríe al salir de casa,

comparten el pan y la sal de mis afanes

un perro viejo, mis zapatos desgastados,

mochila, libreta y pluma

que no saben el porqué de los dilemas.

No se puede tapar al sol con un dedo,

no se puede ser mejor si la vida que deseas

habita en tu interior y no lo sabes,

cuando mueres día a día tan solo de pensar

que eres uno con la piel de la desdicha.

A diario anhelamos ser más y olvidamos

que somos lo mejor que tenemos,

olvidamos que somos hijos de Dios

y participes de la creación,

que somos viento, cielo y esperanza.

Me alejo para observar

el despertar del mirlo de mañana

para exiliarme del ajetreo cotidiano

y escuchar la voz que nadie escucha

pero todos llevamos dentro.

Me alejo igual

que claridades de penumbras

y el silencio del ruido ya que sabe

que amar la soledad, no es anatema.  

 

 

 Autor…reh