Raiza N. Jiménez E.

El Pescador.-

Es noche y apareció la brillante la luna.

Brilla, en ese cielo denso y muy oscuro.

Vino a llevarse este día que, hoy perece.

Pero, trajo una noche que, es el futuro.

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Agradada se mueve su reflejo en el agua.

Nos da sus brillos, calmada en su renacer.

En su imprevista aparición la ola se fragua.

Alista el marino, las pescas, en el amanecer.

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Las aves marinas, sus retiros, se procuran.

Vuelan traviesas, llevándose su sustento.

Si llega la noche, a pescar no se aventuran.

Si hay pesca, el varón, se va muy contento.

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¡Es duro, para el marino, si no hay, peces.

Habrá de vérsela, con la faena, otras veces!