Raiza N. Jiménez E.

El Cuentero de mi Abuelo.-

Siempre imagine las noches de fantasmas.

Nunca creí en eso, por lo mucho, que sufrí.

Me reía, ya que, a otros niños, llorando vi.

Fisgona como era, leía de los ectoplasmas.

*-*

Mi abuelo, nos leía, cuentos de espantos.

En las noches de lluvia, el encierro era ley.

En esos instantes, Él se veía como un Rey.

Y nos hablaba de «El Manco de Lepanto».

*-*-

En esta cabeza, cabía todo lo que Él decía.

La preguntadera, era de su máximo placer.

Éramos niños y no sabíamos que, Él sufría.

Para nosotros, era sabio, no podía fallecer.

*-*

Hoy al recordar a mi abuela y a mi abuelo,

y esos mágicos años de la infancia, me río.

A veces, dejó atrás a la niña y, vivo el duelo.

Muchas veces, siento de su ausencia, el frío.