jvnavarro

ASÍ HASTA LA MUERTE

 No se si la rosa florece y yo estoy ahí al lado
siendo la estrella que goza con tu presencia,
la gota de agua intermitente,
el jardinero perpetuo de ese huerto de amor,
en el cual tu me naces cada día 
para traer lo mejor de ti,  mi alimento,
la sustancia misma del ser convertido en deseo,
en amor que no cesa, como el rayo dormido
en un sueño que todas las noches irrumpe
trayendo la calor y el ruido emergente de las prisas,
ese instante en que tu y a la vez yo,
solo somos uno, en uno, aunque géneros diferentes,
aunque días en un calendario volviendo a pedir
que los días pasen volando, para poder seguir regando 
ese brote, para seguir cuidando una y otra vez,
mil millones de veces en un segundo, 
ese huerto abierto a los ojos del mar, allí 
donde todos los días el sol se acerca para dar sus buenos días,
y la luna se acerca para peinar tus greñas lanzadas a las aguas
para cuando las olas salpican y en ellas nos convertimos
en especie de joyas que solo sirven para ser lucidas,
así todo sea el portazo de una puerta que se cierra 
tras nosotros, indicando que estamos allí eternamente
para mirarnos, a la vez que todo lo demás que vemos
se junta para tomar forma, ya sea todo esto más que un deseo,
la voz de la realidad anidando en mi pecho,
allí donde en otros día floreció en mi ese jardín
del cual cuido desde hace tiempo,
de una forma desinteresada y leal sin esperar a cambio otra cosa
que tu resurgir en mi diariamente, así hasta la muerte.