Una mujer en el silencio se encuentra,
cargando dolores que el alma ahogan,
su sufrimiento oculto, nadie lo nombra,
un corazón herido, que nadie encuentra.
En cada amanecer, su faz refleja,
la tristeza profunda que en ella anida,
los ojos cansados llevan su herida,
y una sonrisa su alma objeta.
Sus pasos son sigilosos y lentos,
caminando en la sombra de la tristeza,
su voz se desvanece, apenas se aprecia,
sus lágrimas la única muestra de tormento.
Las palabras que calla, claman al viento,
buscando consuelo en el abrazo amable,
anhela ser escuchada, sin reproche inmisericorde,
un bálsamo en su alma, un suspiro de aliento.
Pero el silencio impasible persiste,
envolviendo en un manto su soledad,
y en su corazón, un grito de ansiedad,
un susurro apagado que nunca se oye.
Oh mujer valiente, en silencio sufres,
tu lucha solitaria no pasa desapercibida,
el mundo ciego no ve tu agonía,
pero en cada verso, tu dolor reluces.
A través de estas letras, se hace presente,
tu voz que se alza, rompiendo la opresión,
mostrando al mundo tu incuestionable razón,
la mujer en silencio, luchando incansablemente.