polonius

Desnudo nací

Cuando nací, desnudo vine

a un país el cual entraba

en un periodo de incertidumbre

por estar el cruel dictador

que lo manejó a su interés

a pocos años de fallecer.

Entró el destape y el derrape,

con la movida fue la vida

pujante de aquellos días

donde los porros de maría

y el libre albedrío

daba lugar a juegos sexuales

de puro vicio.

Luego vino el torete y el vaquilla,

jóvenes rostros de pandillas

golfas que reinaban

a punta de navaja

pidiendo justicia por sus tercios

de aprendiz de necio.

Hicieron películas, enseñándonos

que el negocio del ocio

va emparentado

al sucio recio

privador de precio.

Seguimos creciendo y llegaron

otras ondas más guerreras

con fondos de petroleras

por iniciar trifulcas en países

importadores de grises

barriles de crudo oleo.

Esa no fue la primera

ni la más ramera,

los fabricantes de armamento

saben con fundamento

colocar su cargamento,

y nosotros, con la risa floja,

viendo cómo estúpidas niñas

crean rocambolescas riñas

por polla torera,

echamos la vista por montera

y vemos la muerte de los demás

como ajena

pues es algo que, sinceramente,

no motiva a la gente.

Llegamos a una época

en la que nos toca

creer en los milagros,

ya que vivimos con cien euros

creyendo ser trescientos,

y miramos al frente tratando

de ser incoherentes imitando

al vecino su forma de vivir,

cagar y entrampar,

pues estamos en la idea

desbocada

de que la libertad se gana

con un gran televisor de plasma.

 

Polonius