Leoness

Al fondo, el ocaso quiebra

Al fondo el ocaso quiebra,

 inflama el índigo edén celeste,

se acerca el penúltimo suspiro

por donde la amada luz escapa

 

Enrojece el cosmos, el éter engulle

anaranjadas nubes amarteladas;

se retrasa y suspende, ya oculto,

la cenital imagen de la tierra

 

 

Cerré los ojos ínterin evolucionaba,

y creí ver un día cualquiera, de

aquel bermejo amor, amargo,

fresco e hirviente; torpe el silencio

 

Un suspiro oscuro de media noche,

la presencia efervescente de eros,

súbita la cenital  brisa, perfume,

un halo de amor que atraviesa

 

Dilatados los tiempos en deseos,

miradas pletóricas entre caricias,

sentimientos engullen palabras,

cuerpos precipitan en suspiros

 

Y en la hierba húmeda del rocío,

la huella de un jadeante amor,

febril de clamor, y aún vacío,

en colapso apresurado en pasión

 

El tiempo se diluye, vuela y vuelve;

la refulgente noche despierta,

y entre mimos y roces comprimidos,

se entreteje un amor, entre romances

 

¡Y se derrocha vida, en letargo!