Después de los densos años vividos,
cierro al silencio mis ojos cansados,
y busco en mis recuerdos preteridos
aquella luz de inocentes pasados.
Mí feliz niñez, de sedas y sueños,
entre fantasías, risas, y juegos,
con mis irreales gnomos risueños
pasaba en aquellas tardes de amigos.
En mi jardín soñado, con los pétalos
de las flores y las rociadas hierbas,
un teatro irisado recreaba:
\"Yo era la bella princesa
de la verde Isla Perdida.
Luego un lindo ruiseñor,
allá en el bosque cantor.
La sombra de Peter Pan,
riendo tras un tulipán.
Algodón de azúcar blando
flotando en un cielo calmo,
lienzo de azul insinuado\".
Era una niña de luna rosada,
ajena a mis lágrimas de madura,
crecida entre algodones arropada.